Partiendo de la presa de El Pontón de la Oliva, la presa más vieja de la región. La primera de cuantas se construyeron para abastecer de agua serrana a la capital, en dirección a la Presa de la Parra por un sendero prácticamente llano entre bosque de rivera. Iremos recorriendo por su valle los meandros del Lozoya, en dirección a La Presa de la Parra. Lugar por el que regresaremos por el mismo camino hasta inciar un cómodo ascenso que nos irá proporcionando unas bellísimas vistas hasta el Yacimiento de la Dehesa de La Oliva. Donde ya allí el plano del yacimiento nos muestra una somera presentación sobre lo que vamos a ver. La ciudad romana-carpetana (pudo ser también celtíbera, pues este paraje madrileño, se encuentra muy cerca de Guadalajara, y en tiempos fue una zona de difusa frontera entre carpetanos y celtíberos) domina desde su privilegiado emplazamiento la confluencia de los ríos Lozoya y Jarama y el acceso de ambos a la depresión madrileña. Entre los siglos I a.C. y I d.C. se desarrolló un núcleo urbano típicamente romano, con diseño ortogonal de calles, que con dirección N-S (cardos) y E-O (decumanos), se cruzan formando manzanas rectangulares de 91 m de longitud y 12,5 m de anchura, aunque se reconoce cierta adaptación del plano de la ciudad a la topografía del terreno.
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